inconsciencia
Hoy he estado malita del estómago. Aunque siendo sincera tendría que decir que más que del estómago ha sido de la cabeza. Ansiedad ha vuelto a decir hola. Tenía mi mente a punto de explotar con tantos planes y ninguno anotado en la agenda, es ahí cuando ansiedad ha tomado la riendas de mi respiración y ha aumentado mi angustia, todas las voces de mi cabeza hablando a la vez: la autoexigencia y disciplina diciendo que debo cumplir con mi rutina de deporte, mi lado social diciéndome que quede hoy a tomar algo con mis amigas, mi lado de "autocuidado" que me eche una siesta y lea tranquilamente, otra que dice que avance con el proyecto personal. Dime tú a mí quién no se va a volver loco con tantas voces hablando a la vez y en volumen cada vez más alto. Es un mareo constante, un rompecabezas en el que eres tú mismo quien te boicoteas: pones una pieza y a la vez estás quitando otra con la mano contraria. Un juego de nunca acabar.
Es bastante frustrante porque por mucho que te esfuerces a estar bien, a pesar en calma y poner orden a cada pensamiento, a respirar para desviar la atención de ese infierno, se te hace imposible. Puede que lo consigas unos segundos o incluso unos minutos (bravísimo), pero la tormenta ahí sigue y no se va a desvanecer hasta que toda la lluvia de voces que tienes desaparezcan por completo. Y para ello existen dos opciones: 1 - que te caiga la lluvia de voces encima, cosa que no te recomiendo porque te esperan unos cuantos días de resfriado emocional o 2 - focalizarte en la respiración, en esa herramienta exclusiva que puedes controlar de tu sistema nervioso, la clave para calmarlo y calmarte.
Puedes pensar que ya respiras todo el rato, que vaya obviedad porque lo hacemos de forma natural. Y he aquí el quid de la cuestión: el hábito hace la automatización y la automatización la inconsciencia. Algo que sin tener en cuenta lo gestiona el cuerpo, es algo de lo que pierdes el control y pasa a un segundo o quinto plano en tus ocupaciones. Tan importante es la respiración como el comer, es una de las fuentes de gasolina del cuerpo y la calidad de esta afecta en tu rendimiento corporal, lo que incluye tu cerebro y tu corazón.
Asegúrate de estar respirando hondo y profundo, y más cuando tienes estos bloqueos emocionales, te ayudarán a digerirlos mejor. Los vas a tener que tragar igualmente, pero no es lo mismo hacerlo con un cronómetro al lado y dolor en el pecho que tumbado tranquilo en el sofá de tu casa.
Si no sabes cómo hacerlo siempre puedes preguntarme, soy profe de yoga y creo que algo de esto sé - no es spam :)